Ayer uno de los miembros de Red Catalana pudo asistir a otro episodio de la intolerancia a la que se ve sometido todo aquel que tiene la valentía de discrepar en Cataluña.
Se acompañaba a Ángel Escolano en la localidad de Cornellá en la labor de recogida de firmas en favor de la educación en lengua materna y el bilingüismo en la educación.
Cornellá es el trampolín político del ministro Montilla, una ciudad literalmente tomada por el movimiento ocupa, y en donde se inició el "affaire del 3%" con un acoso institucional despiadado contra un joven constructor que se negó a abonar la mafiosa mordida. Ciudad de traiciones a los ciudadanos en iniciativas populares donde los políticos han aplicado a rajatabla lo del "donde dije, digo ...". Ayer se pudo constatar que también es una de las ciudades con más violencia filonacionalista de Cataluña.
En Cornellá el ritmo de recogida de firmas era elevado, no obstante las frases como "putos charnegos, volveros a España" "iros a la puta España" "hijos de puta" "putos fachas de mierda" se oyeron con "excesiva frecuencia". Al parecer no se le dio importancia, ya que con menos intensidad los promotores de la ILP están "habituados" a recibir estas lindezas de parte, insisto, una exigua parte de la ciudadanía catalana.
Lo realmente grave, es que un motorista se detuvo, aparcó su vehículo y comenzó a emitir insultos como los anteriores, si no más graves. Propinó varias patadas a los carteles que publicitaban la ILP y a la mesa usada para la recogida de firmas, tiró por el suelo folletos y sustrajo con violencia documentación de los promotores de la ILP. Hizo una herida al propinar una patada a uno de los colaboradores de la ILP. Ese joven que está denunciado en la Comisaría Local de la Policía Nacional de Cornellá, actuó con una violencia extrema. Alguien tendrá que determinar si fue avisado o lo hizo por propia iniciativa, si tiene conexiones con determinados grupos políticos o sociales, o no. El aspecto preocupante, es que en un clima de violencia, la agresión se produce con "premeditación y alevosía". Esperemos que el delito no quede impune.
Hay que responsabilizar a la clase política catalana nacionalista, de la creación de un clima hostil contra el ejercicio de las libertades más elementales, se puede decir mil, o mil veces mil, cansarnos de repetirlo y volvernos a cansar, esto no cambiará nada. El problema existe y ha sido alimentado para beneficio político de la oligarquía catalana y de la minoría nacionalista más radical. En concreto Cornellá se suma a todo lo visto en la campaña contra el Estatut de Cataluña y a las agresiones sufridas por ULD.
Los agentes de la Guardia Urbana de Cornellá que se personaron tras la llamada de los agredidos, previa consulta a sus superiores pasaron por alto la autorización del Parlamento de Cataluña para recoger firmas, y exigieron el desalojo inmediato de la mesa petitoria, además extendieron una sanción por "Ocupar la vía pública sin tener licencia con una mesa y un cartel pidiendo firmas". ¿Se interesaron por el agresor, y dieron orden de búsqueda? Pues no. A la autoridad municipal de Cornellá solamente le interesó la supuesta infracción. Tuvieron la oportunidad de leer los correspondientes permisos, de consultar a su jefatura, escucharon de parte de los promotores que la Administración Catalana había informado a todos los ayuntamientos de que la actividad de recogida de firmas estaba autorizada en toda la comunidad autónoma ... pues nada, el agresor tomándose unas cañitas en cualquier local, y unos ciudadanos viéndose agredidos en el ejercicio de sus libertades.
¿Qué está pasando en Cornellá? Las responsabilidades sobre la violencia nacionalista se han de investigar, la semilla hace mucho tiempo que fue plantada y el engendro está siendo alimentando. Nada nuevo, pero, ¿Qué novedades nos ha de traer el futuro?.
Se acompañaba a Ángel Escolano en la localidad de Cornellá en la labor de recogida de firmas en favor de la educación en lengua materna y el bilingüismo en la educación.
Cornellá es el trampolín político del ministro Montilla, una ciudad literalmente tomada por el movimiento ocupa, y en donde se inició el "affaire del 3%" con un acoso institucional despiadado contra un joven constructor que se negó a abonar la mafiosa mordida. Ciudad de traiciones a los ciudadanos en iniciativas populares donde los políticos han aplicado a rajatabla lo del "donde dije, digo ...". Ayer se pudo constatar que también es una de las ciudades con más violencia filonacionalista de Cataluña.
En Cornellá el ritmo de recogida de firmas era elevado, no obstante las frases como "putos charnegos, volveros a España" "iros a la puta España" "hijos de puta" "putos fachas de mierda" se oyeron con "excesiva frecuencia". Al parecer no se le dio importancia, ya que con menos intensidad los promotores de la ILP están "habituados" a recibir estas lindezas de parte, insisto, una exigua parte de la ciudadanía catalana.
Lo realmente grave, es que un motorista se detuvo, aparcó su vehículo y comenzó a emitir insultos como los anteriores, si no más graves. Propinó varias patadas a los carteles que publicitaban la ILP y a la mesa usada para la recogida de firmas, tiró por el suelo folletos y sustrajo con violencia documentación de los promotores de la ILP. Hizo una herida al propinar una patada a uno de los colaboradores de la ILP. Ese joven que está denunciado en la Comisaría Local de la Policía Nacional de Cornellá, actuó con una violencia extrema. Alguien tendrá que determinar si fue avisado o lo hizo por propia iniciativa, si tiene conexiones con determinados grupos políticos o sociales, o no. El aspecto preocupante, es que en un clima de violencia, la agresión se produce con "premeditación y alevosía". Esperemos que el delito no quede impune.
Hay que responsabilizar a la clase política catalana nacionalista, de la creación de un clima hostil contra el ejercicio de las libertades más elementales, se puede decir mil, o mil veces mil, cansarnos de repetirlo y volvernos a cansar, esto no cambiará nada. El problema existe y ha sido alimentado para beneficio político de la oligarquía catalana y de la minoría nacionalista más radical. En concreto Cornellá se suma a todo lo visto en la campaña contra el Estatut de Cataluña y a las agresiones sufridas por ULD.
Los agentes de la Guardia Urbana de Cornellá que se personaron tras la llamada de los agredidos, previa consulta a sus superiores pasaron por alto la autorización del Parlamento de Cataluña para recoger firmas, y exigieron el desalojo inmediato de la mesa petitoria, además extendieron una sanción por "Ocupar la vía pública sin tener licencia con una mesa y un cartel pidiendo firmas". ¿Se interesaron por el agresor, y dieron orden de búsqueda? Pues no. A la autoridad municipal de Cornellá solamente le interesó la supuesta infracción. Tuvieron la oportunidad de leer los correspondientes permisos, de consultar a su jefatura, escucharon de parte de los promotores que la Administración Catalana había informado a todos los ayuntamientos de que la actividad de recogida de firmas estaba autorizada en toda la comunidad autónoma ... pues nada, el agresor tomándose unas cañitas en cualquier local, y unos ciudadanos viéndose agredidos en el ejercicio de sus libertades.
¿Qué está pasando en Cornellá? Las responsabilidades sobre la violencia nacionalista se han de investigar, la semilla hace mucho tiempo que fue plantada y el engendro está siendo alimentando. Nada nuevo, pero, ¿Qué novedades nos ha de traer el futuro?.
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2 comentarios:
NO OS DEJÉIS INTIMIDAR POR ESTOS FASCISTAS, COMO SE BIEN QUE NO LO VAIS A HACER. MUCHO ÁNIMO CON ESTA VALIENTE E IMPORTANTE INICIATIVA.
PACOTACO
Basta ya de tanta giliprogrez nazional-sociali$ta!!!!!!!
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