Desde que Peones Negros Barcelona iniciara su andadura, hace bastante mas de un año, la lluvia nos había respetado. Es cierto que habíamos pasado calor agobiante, frío intenso, viento gélido y otras puntas climatológicas pero, lo que se dice llover, pero llover con ganas, era una experiencia inédita. Dejó de serlo ayer aunque, en honor a la verdad, solo nos faltaron unos minutos para poder concluir el acto con normalidad. La tarde era inhóspita, las nubes poco tranquilizadoras y los partes meteorológicos ya habían dado el aviso pero, aún así, Peones Negros estaba en la Plaza San Jaime. Y porque las personas allí concentradas se lo merecen, prefiero aparcar una crónica del acto propiamente dicho y rendirles un sentido y cariñosos homenaje. Anduvo todo con cierta normalidad pequeños goteos intermitentes que se hacían soportables hasta que, terminando la última lectura previa al minuto de silencio y al cierre con los acordes del Himno Nacional Español, se abrieron los cielos y cayó el diluvio acompañado de un fuerte vendaval. Lenguas no desencaminadas, dijeron que todo ello fue motivado porque, algunos jóvenes, como hecho novedoso, repartieron la letra de la SGAE y, claro, al oír tal bodrio, las fuerzas de la naturaleza dieron rienda suelta a su irritación. Pero, bromas aparte, vuelvo al homenaje. La lluvia caía pero, las personas, quietas aguantando con estoicismo, algunas protegidas por paraguas, otras por las capuchas de sus prendas de abrigo y otros sin nada pero impertérritos hasta el último acorde del Himno, ya sin letra comprobado el fiasco. Y es este estoicismo; esta voluntad en acudir a cada llamada y la comprobación de que, mes a mes, podemos observar rostros nuevos lo que nos motiva y nos ayuda a continuar. Estoicismo y voluntad que, en muchos casos se traduce en el ofrecimiento de, calados hasta las cejas, ayudarnos en el desmontaje y carga de todo nuestro material. Por mi parte, me quedo con la frase de un buen amigo que, en la medida de sus disponibilidades de tiempo, acude pero que, aún sin acudir, nos sigue en todos nuestros movimientos y que mas/menos puede traducirse en un amistoso "..sois duros de roer ". Va por vosotros, Peones... ( EL DILUVIO "PEONAL" : Una crónica de Jorge Martí ) |
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